No es fácil comprender cómo en pleno puente de la Constitución los controladores aéreos deciden ir a huelga.
Quizá sea comprensible para ellos, porque se respeta, dentro de la ley, se puede respetar dentro del derecho, pero también se puede respetar si realmente tienen las condiciones necesarias para hacerla y si cumplen las normas para llevarla a cabo.
¿Pero las cumplieron?
El problema de esto es que la economía española se ha visto dañada con un nuevo golpe, que el público español y extranjero que quería viajar fuera de España o en España, no han podido realizar dicho viaje por la huelga de transporte aéreo por parte de los controladores.
Cuántas personas se han visto perjudicadas, cuántos trabajadores, e incluso los propios controladores. Porque aunque estemos en estado de Alarma hasta el 15 de enero de 2011, porque aunque esto proceda como una jurisprudencia militar, realmente debería llegar a la vía de lo penal.
Pero aunque el Artículo 409 del Código Penal de 1995, nos indique que estos controladores, por huelga ilegal los funcionarios pueden ser castigados "con la pena de multa de ocho a doce meses de cárcel y suspensión de empleo o cargo públiconpor tiempo de seis meses a dos años", sabemos que la pena impuesta es difícil de llevar a cabo, aunque las pérdidas hayan sido cuantiosas.
Y ante esto, ¿qué podemos hacer? ¿tenemos que dejar de coger aviones?
Sinceramente, no lo creo, esa sería la forma en que las huelgas ilegales ganarían. Pero claro, ¿me arriesgo a perder mi dinero en estos tiempos dónde lo que menos hace el dinero es abundar? Pues tampoco, pero la solución no es dejar de viajar, evitar el transporte aéreo o maldecir a todos los controladores, sino que la próxima vez, aunque tengan sus razones para hacerlo, los funcionarios o cualquier trabajador haga de su huelga algo legal pensando en el prójimo.
Nuria Ramos Fernández
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Un abrazo, Nuria