A través de un visionado memorable, recordamos al periodista Joaquín Soler Serrano fallecido el pasado septiembre, realizando una entrevista al artista Salvador Dalí, en el programa A Fondo de 1977.
La entrevista comienza con un plano sorprendentemente detallado del rostro de Salvador Dalí. Y digo sorprendentemente porque no respeta en ningún momento el primer plano, sino que salta directo al plano detalle o primerísimo plano de sus facciones, capturando la imagen desde las cejas a la boca que se mantienen en una posición tensa, aunque no enfadada, no obstante desde este plano no obtenemos percepción alguna del fondo ni del presentador, periodista y conductor de la entrevista, Joaquín Soler Serrano al que escuchamos mientras describe cuidadosamente al invitado de la noche.
Dalí explica en esta detallada entrevista que se siente monárquico, pero no políticamente, ya que para él, su ser es una conformación genética transmitida monárquicamente, pero sin inmersión política porque se considera apolítico.
“A medida que me admiro más, encuentro que soy una real catástrofe”, explica Dalí al presentador, porque no concibe la existencia de más personajes como él o Picasso en el mundo, ya que según él, eso sería algo caótico.
Desde palabras del presentador, podemos comprobar cómo Dalí a través de las preguntas, va abriendo su corazón y explica como antes se admiraba constantemente y ahora se llama así mismo puerco en su obra Carta abierta a Salvador Dalí, donde se expresan dos Dalís enfrentados.
Plano detalle
Plano detalle
En el momento de mostrar la ilustración del libro de Dalí, se realiza un plano detalle del libro sostenido por Soler y poco a poco se va abriendo el plano hasta dar con un plano general del lugar donde se establece la entrevista. Un escenario acompañado por un fondo ce cortina simple y una mesa donde se reposan algunas de las obras literarias de Dalí, separando de ese modo las sillas dónde se ubican el entrevistado y el entrevistador.
Posteriormente, mientras Dalí habla de su libro, podemos ver un plano principal de su rostro de perfil, algo que hoy en día apenas se percibe en entrevistas. Posteriormente podemos ver planos más amplios de Dalí mientras explica la tormentosa relación con su padre, que le expulsa de la familia aunque Dalí finalmente le perdona por esto, la situación familiar concebida con la muerte de su hermano mayor, y los momentos que él recuerda haber vivido dentro del útero materno.
Además explica detalles de su relación fascinante con Gala, su ausencia de amistades porque se tenían el uno al otro, la plenitud de la pareja y su especial forma de vivir la vida el uno al lado del otro. Gala ha sido su musa, su inspiradora, su modelo en muchos de sus cuadros y su único amor.
A través de la entrevista comprobamos como Dalí ha desarrollado una pasión diferente por sí mismo a lo largo del tiempo y a la vez de su obra, calificada en un primer momento como surrealista y cambiada a lo largo del tiempo por lo que llamaron “hiperrealismo metafísico”.
Durante la expresión de sus sentimientos en la entrevista, Dalí tiene en su mano derecha un bastón de madera, con el que se expresa físicamente acompañando a las palabras. Este bastón es mostrado en varios planos con detalle, y se alcanza a entender que es pieza fundamental para Dalí a la hora de expresarse, además de casi conformar la extensión del cuerpo de Dalí.
“Todo lo que poseo y lo que Gala posee lo regalamos al pueblo español” para Dalí su obra no está en venta, aunque le guste el dinero además Dalí también tiene cabida para la fotografía y dice que la diferencia de esta con una pintura de Velázquez, son 6 millones de dólares que alguien llegó a pagar por la obra de este último.
El bigote de Dalí
El bigote de Dalí
Como explica Soler, el bigote es una de las constantes de Dalí, compuesto por dos antenas que atraen una serie de efluvios casi mágicos, esto fue dicho según Dalí por el artista Juan Bautista Laporta. Además, Dalí explica que para que su bigote se mantenga recto en el pasado usaba azúcar de dátil, aunque también explica que esto lo hacía para atraer a las moscas limpias, las que se encuentran escondidas detrás de los olivos.
Durante esta conversación también podemos escuchar cómo Dalí explica que a su entender, todo ser humano, por muy criminal que haya sido, tiene algo de angelical, por eso está en contra de la pena de muerte y, supongo que por esa razón decide perdonar a su padre.
En los recuerdos por su vida hablan de una conferencia que Dalí dio con una barra de pan en la cabeza; sus discrepancias con Picasso, aunque Dalí explica que esto es falso; y además vuelven a adentrarse en su pasado y su familia, explicando que el nombre de Salvador pertenecía a su hermano mayor muerto, dando a entender que este nombre le ha marcado.
Al volver a nombrar sus obras literarias muestran el libro Dalí, por Ramón Gómez de la Serna que es el último libro de Dalí, con ilustraciones y escritos que no se había editado aún.
Po otro lado, algo destacable que he observado durante la entrevista, ha sido la posición física que Dalí ha mantenido de forma constante en cada pregunta y respuesta, y es que su cuerpo muestra mucho de él y su rostro protagonista de los planos principales durante la grabación, nos enseña a un Dalí con la cabeza alta en todo momento, con el mentón en alza esperando la pregunta y preparando la respuesta.
Un Dalí contradictorio y afirmativo al mismo tiempo, que guardando la mesura responde a cada pregunta con su propia pregunta sobre sí mismo, sobre la vida y su desarrollo. Un Dalí marcado por los años y por sus obras, por una infancia difícil y por un muro que él mismo se ha forjado, es un rebelde más que se ha creado a sí mismo y se ha reinventado constantemente, y al que le ha faltado una figura paterna que le dé el cariño que tanto ha parecido faltarle.
Nuria Ramos Fernández
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