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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Mad Men y la publicidad en los años Sesenta


Mad Men es una serie de calidad consagrada desde hace cuatro temporadas. Con ella visitamos los años sesenta, directos a una agencia de publicidad, donde la vida de los protagonistas es de lo más controvertida a los ojos del espectador. La trama y los temas que aborda esta serie son fruto del director Matthew Weiner, guionista y productor de otra de las series más aclamadas en los últimos años, “Los soprano”.

Mad Men es una serie ambientada a principios de los años sesenta, en una agencia de publicidad de Nueva York. El guionista y director de esta serie, Matthew Weiner, lo es también de la exitosa y reveladora serie “Los soprano”.

La magia y el éxito de esta serie reside en la majestuosidad con la que sus elementos y tramas se unen. Esto se lleva a cabo a través del desglose de situaciones vividas en el ambiente de trabajo de la época, con temas varios como el racismo (debido a que los hombres de raza negra sólo se veían como los chicos que te subían y bajaban en el ascensor), el acoso sexual a la mujer, en general, la vida tan diferente que llevaban los hombres y las mujeres en el trabajo y en la vida diaria.

El alcohol y el tabaco (muy a mi pesar) son otros de los grandes protagonistas de esta serie, ya que toda decisión sea importante o no, que concierne a la empresa, como cerrar un contrato, hablar en el despacho del jefe, o simplemente reunirse en un descanso, incluyen una copa de alcohol y unos cuantos cigarrillos.

La Agencia, Sterling Cooper, es una de las más famosas de Nueva York, que además posee a uno de los mejores directores creativos del momento, Don Draper (Jon Hamm), director creativo.
Los personajes principales tienen un papel relevante tanto en sus puestos de trabajo como en su vida personal, pero la serie se centra como punto de encuentro de la mayoría de los personajes, en Draper, el cual tiene una vida supuestamente muy feliz, al lado de una gran mujer, Betty (January Jones) y dos preciosos niños. Pero como en la publicidad, todo es magia, las cosas no son lo que parece y Draper esconde algo que no deja ver; además su vida parece tan vacía que llenará sus momentos con más de una relación extramatrimonial. Sin remordimiento alguno.


Hasta el momento, contamos con la cuarta temporada, pero la serie tiene pinta de tener larga duración, ya que las idas y venidas de nuestro protagonista, mezclada con el indudable talento de su escenografía y guión, no dejan que escapes a sus encantos sin que te plantees dudas sobre el mundo publicitario, la vida en los años sesenta y hasta qué punto es real lo que se percibe con los ojos.

Nuria Ramos Fernández

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de mis series favoritas, tiene un trasfondo psicológico que me llama mucho la atención.

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Muchas gracias por su comentario.
Un abrazo, Nuria